lunes, 2 de febrero de 2009







La Virgen de la Candelaria
Patrona de Puno
“Todos cuantos se han ocupado del Santuario de Copacabana (...) reconocen que la imagen labrada por Tito Yupanqui y en él venerada, fue un medio de que se valió la Providencia para atraer a los indios a la Fe. Por ello escogió la Virgen como trono de sus misericordias, una región de las más pobladas del Perú y en la cual se había encastillado sólidamente la idolatría. Hasta la venida de la imagen a las riberas del lago Titicaca, se había predicado, es cierto, el Evangelio a las poblaciones ribereñas, se habían establecido doctrinas, pero a juicio de los cronistas de entonces, aún persistían en ellas las prácticas idolátricas y su ingreso en la iglesia de Cristo era, como decía el Virrey Toledo, aparente y casi forzado... Desde el día 2 de febrero de 1583, en que asentó sus reales en el pueblo la Virgen de la Candelaria, comenzó la conversión definitiva del Collao y la fama de sus milagros hizo que su influencia se extendiera a las comarcas más distantes” 1.
Las cruentas luchas por la posesión de la riquísima mina de Laicacota, a mediados del siglo XVII, movieron al célebre Conde de Lemos, Don Pedro Antonio Fernández de Castro, a dirigirse en persona al altiplano para pacificar aquella vasta región. En su empeño, el piadoso Virrey –muerto en olor de santidad– acudió al famoso santuario de Copacabana para agradecer a la Virgen por el éxito de su empresa, luego de fundar a orillas del soberbio Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, la ciudad de San Carlos Borromeo de Puno, el 4 de noviembre de 1668. Allí, en la parroquia de San Juan Bautista, se venera desde antaño a una linda, dulce y sonrosada imagen de la Santísima Virgen de la Candelaria.

Pero esta gran devoción del pueblo puneño por su reina y patrona sólo vendría a consolidarse años después, durante la rebelión de Tupac Amaru, en 1780. Puno fue asediada a la sazón por los insurgentes, quienes con los aprestos de guerra, el estrépito de los pututos y las hogueras nocturnas, lograron atemorizar a sus habitantes. En aquel trance volvieron ellos sus ojos a la Mamacha Candelaria y en concierto general sacaron a la imagen en procesión, “implorando con llantos y fervientes súplicas el amparo y socorro de su celestial Madre”. Mientras tanto los sublevados habían coronado las cimas de los cerros que rodean la ciudad, lanzando atronadores y amenazantes gritos. Intervino entonces de modo milagroso la poderosa María: “a los ojos de los indios sitiadores aparecieron las calles y plazas de esta ciudad custodiadas y defendidas por numerosos ejércitos de soldados. El terror y espanto de los sitiadores fue tal, que huyeron precipitadamente en la mayor confusión, sin haber causado el menor mal ni daño a la ciudad” 2.
En agradecimiento por aquella merced y por todos los demás favores que en el curso del tiempo la Madre de Dios les ha prodigado, cada año sus pobladores se empeñan con la mayor devoción para engalanar su fiesta el 2 de febrero. Un tradicional novenario da inicio a la conmemoraciones; y una colorida procesión, en la que participan cientos de danzarines, recorre las calles de la ciudad en el día central, al que aún le sigue una octava que concluye siempre en Domingo.
La Virgen de la Candelaria de Puno fue coronada canónicamente el 7 de mayo del 2000, por el Emmo. Cardenal, Mons. Augusto Vargas Alzamora, S. J.
Esta hermosa fiesta nos puede servir de parangón para denunciar un doble juego que viene atentando contra la más fina esencia de la religiosidad popular en muchos otros lugares de nuestro querido Perú.

FESTIVIDAD DE LA VIRGEN MARIA DE LA CANDELARIA 2009


Puno, Capital Peruana del Folklore, en el mes de febrero de cada año, se celebra la más grande fiesta patronal de todo el Perú, en homenaje a la Virgen Maria de la Candelaria, Patrona de la ciudad. Puno en esa ocasión, acoge a miles de visitantes nacionales y extranjeros, que llegan al santuario del templo de San Juan, participan de la alegría, el baile, la fiesta que se desarrolla día tras día durante las dos primeras semanas del mes de febrero.donde más de 40,000 danzarines y 9,000 músicos de todo el departamento, danzan al compás sikuris, pujllay, wiphalas, morenadas, diabladas y otras tantas danzas, que con su multicolor coreografía y alegres ritmos adornan las calles de Puno.Este espectáculo sin par, es considerado como uno de los tres más grandes acontecimientos que se celebran a nivel de Sudamérica, entre los que se incluyen al Carnaval de Río de Janeiro en Brasil y el Carnaval de Oruro en Bolivia.

Al cabo de los años la fiesta se ha convertido en la más clara manifestación de la identidad cultural del folklore nacional, que ha permitido que Puno se le denomine Capital Peruana del Folklore, título que lo asume en nombre de todo el departamento, único en el país donde se unen sangres quechua, aymara y mestiza, sintetizando la identidad propia del poblador puneño con sus raíces tradicionales.La magnitud y trascendencia de la fiesta, ha contribuido para que el Instituto Nacional de Cultura por R.D. declare a la Festividad de la Virgen Maria de la Candelaria de Puno, como Patrimonio Cultural de la Nación, por ser una expresión de las manifestaciones tradicionales de la cultura viva que caracteriza a las comunidades asentadas en la sierra sur del Perú, y que contribuye a la identidad regional y nacional.