martes, 28 de octubre de 2008

La Canción Criolla


El 31 de Octubre de todos los años, se festeja el Día de la Canción Criolla. En la fecha, los compositores e intérpretes se juntan en torno de mesas democráticas en las que, junto con las canciones mas emotivas del cancionero peruano, se entonara aires precursos de nuestro acervo. Se recuerda a los compositores próceres del criollismo y se brinda con entusiasmo cotidiano. La conmemoración no admite recortes de ninguna naturaleza. El Festejo es Total.
En esta ocasión es obligatoria la mención de la famosa "Palizada", grupo de divertidos niños capitaneados por Paz y Ezeta, quienes hicieron tabla rasa de reglamentos para la diversión en lugares prohibidos y que ellos mismos elaboraban de acuerdo a su particular interés y a las circunstancias. Temidos por las jovencitas "bien" y adorados por las del Rímac, Martinete y Caballo, los "muchachos" de la Palizada fueron peleadores, divertidos, bebedores, mujeriegos y amantes de la musica identificada con la marinera.
Cuando el vals empieza a ganar terreno, la Palizada ha perdido a sus mejores exponentes, Saco y Bocanegra impone un nuevo estilo y Braulio Sancho Dávila lanza su perdurable vals IDOLO; del norte llegan los hermanos Carreño con nuevas inquietudes musicales y los teatros de los barrios limeños dan preferencia en sus programaciones a la variedad de pálidos cantantes de tangos y gruesos intérpretes de la canción criolla.
Hacia 1925 emerge de los Barrios Altos un compositor enjuto, de ojos profundos, que cojea ligeramente, pero cargado de inspiración desbordante, de sentimiento criollo. Es Felipe Pinglo Alva, exponente máximo de la canción peruana, creador de "
El Plebeyo" y "El Huerto de mi Amada", de "Bouquet" y "El Canillita", de "Pobre Obrerita" y "Porfiria", y de varias docenas de valses de insuperable calidad.
A la muerte de Felipe Pinglo, ocurrida en 1936, nuevas inquietudes orientan a los compositores. Pedro Espinel, con su vals "Murió el Maestro", rinde homenaje póstumo a su compadre.
Laureano Martinez, Alcides Carreño, Manuel Cobarrubias, Samuel Joya, Pablo Casas, Nicolás Wetzell, Amparito Baluarte, Serafina Quinteros, Filomeno Ormeño, Francisco Reyes Pinglo, Eduardo Márquez Talledo, Alberto Condemarín, Isabel "Chabuca" Granda, Mario Cavagnaro, Manuel "Chato Raygada", Augusto Polo Campos, Lucha Reyes, El "Cholo" Berrocal, Luis "El Taita" Abanto Morales, son algunos, entre otros, de una lista abundante en calidad y cantidad, que se imponen la noble tarea de llevar el Vals a todos los niveles.
ATTE.WILLY

domingo, 19 de octubre de 2008

BCR lanza convocatoria a primer concurso nacional de pintura

Buenas noticias para los artistas plásticos, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), en su programa de promoción cultural, convoca al Primer Concurso Nacional de Pintura 2009, certamen que tiene por objetivo estimular la creatividad del artista plástico.

Podrá participar un número ilimitado de artistas de cualquier nacionalidad con una residencia mínima en el país de cinco años. La temática, estilo y técnica serán libres (óleo, acrílico, técnicas mixtas y modalidades afines). Las obras deberán estar pintadas en superficies bidimensionales.

El artista ganador recibirá un premio de 20 mil nuevos soles y el segundo lugar se hará acreedor a 10 mil nuevos soles.En su primera etapa, las inscripciones se realizarán del 2 al 13 de febrero de 2009, en el Museo en Lima y sucursales del BCRP en Arequipa, Cusco, Huancayo, Iquitos, Piura, Puno y Trujillo. Los artistas preseleccionados serán conocidos el 16 de marzo de 2009. En una segunda etapa, los finalistas entregarán dos obras, del 1 al 5 de junio de 2009, mientras que la premiación y exposición se realizará en julio de dicho año.

Además de las obras premiadas, se seleccionarán algunos trabajos de la etapa finalista para ser expuestos temporalmente en el Museo del BCRP.Las bases del concurso pueden consultarse en la dirección
http://www.bcrp.gob.pe. Para mayores informes, contactar con el correo electrónico museo@bcrp.gob.peEl jurado está compuesto por reconocidas personalidades del ámbito artístico, como Luis Eduardo Wuffarden, María Burela, Gustavo Buntinx, Moico Yaker y Ricardo Wiesse.

LOS TURRONES Y EL MES MORADO


La historia tiene como protagonista a Josefa Marmanillo (conocida popularmente como doña Pepa), esclava del valle de cañete en la época colonial que destacaba como buena cocinera. Debido a unos problemas de salud, empezó a sentir una parálisis en las articulaciones que le impedía realizar sus labores cotidianas. Entonces pidió al Cristo de Pachacamilla que la sanará de ese mal.

Sus plegarias fueron atendidas y Josefa como agradecimiento a ese milagro, en la próxima salida del Señor, ya estaba apostada en una esquina con una tabla especialmente acondicionada, alzó el turrón con sus dos manos y se lo ofreció al Señor, con fé, amor y agradecimiento. Cuando regresó a Cañete, Josefa contaba que el Cristo había vuelto la cabeza y con una gran sonrisa le había agradecido y bendecido el presente.

Josefa se propuso venir todos los años a ofrecer su dulce en la Fiesta del Señor de los Milagros, luego fue su hija y la hija de ésta y así sucesivamente, hasta nuestros días, en que el Turrón de Doña Pepa, preside, desde hace trescientos años, las expresiones gastronómicas de la muy devota Proce

MES DE OCTUBRE MES DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Cuenta la historia que a mitad del siglo diecisiete un mulato cuyo nombre ha quedado oculto, pintó en un muro de adobe la imagen que ahora se guarda en el templo de las Nazarenas. El año 1670, al pasar junto a una acequia y basural, Antonio de León vio la pintura de Jesús crucificado sobre este muro, que era lo único que quedaba de una antigua defensa militar. En 1655 un terremoto asoló Lima, pero el muro quedó en pie y olvidado por todos. Quince años después, a pesar de lo húmedo y olvidado que estuvo el mural, seguía en pie con la pintura como si nada hubiese pasado. Sorprendido por este hecho, Antonio de León arregló el lugar, construyó un altar y tuvo que detener su obra por un extraño mal que lo aquejó. Curado milagrosamente del mismo, con mayor fervor fue donde la imagen milagrosa, para honrarla con arpa, cajón y músicos.

Faro que guía/ da a nuestras almas/ la fe, esperanza, la caridad/ tu amor divino nos ilumine/ nos haga dignos de tu bondad... Canta el pueblo peruano cuando sale el Señor el primer sábado de octubre, el 18 y el 28 del mismo mes, así como el 3 de noviembre, fecha en que se guarda hasta el siguiente año. El 28, día de la fiesta principal, casi un millón de personas acude ante la imagen que por un lado muestra al Señor en el Gólgota y por otro a la Virgen de la Nube. La hermandad consta de diversas cuadrillas, casi todas ellas encargadas de llevar sobre sus hombros la imagen santa, pero también hay algunas especiales, como la dedicada a los enfermos, a la seguridad, a preparar el anda para la procesión. La imagen que se guarda en el templo de las Nazarenas está custodiada por las religiosas que reciben el mismo nombre pues, en virtud de una concesión de la Santa Sede, son religiosas de clausura de espiritualidad carmelitana, pero visten el hábito morado y reciben el nombre del Señor a quien cuidan.

En 1671 más de un centenar de personas se reunían para alabar con sus cantos y fiestas al Señor. En vista del ruido que se armaba, las autoridades mandaron destruir el muro, pero con gran sopresa vieron que ocurrían diversos fenómenos que hacían imposible derribarlo. El día 14 de septiembre del mismo año, en que la Iglesia recuerda la exaltación de la Santa Cruz, se celebró por primera vez la Misa junto a la imagen. En estos años se añadieron las imágenes de la Virgen y San Juan, así como las del Padre Eterno y del Espíritu Santo.

Con paso firme, de buen cristiano/ hagamos grande nuestro Perú/ y unidos todos como una fuerza/ te suplicamos nos des tu luz. Grande es la fe del pueblo peruano, que une sus dolores y vida a la del Cristo sufriente, grande el entusiasmo por edificar un país más justo y reconciliado, como pidiera el Santo Padre en su visita al Perú, grande la confianza en que, unido a la abundancia de las gracias divinas, se vivirá la Civilización del Amor, en la perspectiva del Tercer Milenio.

El 20 de octubre de 1687 se hizo una reproducción de la imagen para poder ser sacada en procesión, ante los continuos temblores. En 1746 salió por segunda vez. Poco después un grupo de personas que había ido creciendo hasta convertirla en una de las manifestaciones de religiosidad popular más grandes de Latinoamérica, se ha ido sumando para pedir al Señor de Pachacamilla que la fe no sea vencida, que conserve íntegra la esperanza, que en nuestra Patria se viva el amor como lo vivió el mismo Señor en la Cruz.